In
ictu oculi
Cuando
era niño esta imagen me aterraba, siempre he sido muy aprensivo ante este tipo
de imágenes. Con la edad y con el paso del tiempo (como en el cuadro) me ha
dado cuenta del significado de esta pintura del Valdés Leal. “En un abrir y
cerrar de ojos” la vida se nos escapa de las manos, por eso, hay que vivirla
con intensidad; algo que me recuerda a Jorge Manrique y Coplas a la muerte de su padre : ”contemplando/como se pasa la
vida/como se viene la muerte”.
El
tiempo pasa inexorablemente y nos iguala a todos, otro mensaje que podemos
observar en el lienzo con la muerte portadora de la guadaña y rodeada de todos
los símbolos de los poderes terrenales, estos pierden todo su sentido al final
de la vida. Por eso, paradójicamente la obra nos hace poner los pies sobre la
tierra, cuando estamos más cerca de la muerte es cuando nos damos cuenta de qué
es la vida verdaderamente. Por eso, olvidemos el miedo infantil porque allí
“dónde está el peligro también está lo que nos salva”: LA VIDA.
.ÉL.
¿Todo
es vanidad? Es lo que parece decir el lienzo de Valdés Leal al mirarlo por
primera vez: coronas, mitras, tiaras, el toisón de oro, armaduras, obras,
libros… todo está a los pies de la muerte, dominadora de todo, que se ha
enseñoreado del mundo. La Parca apaga con su mano desencarnada la luz de la
vida y su calavera, sorprendida en ese momento, nos mira desde las cuencas
vacías de sus ojos abriendo esa boca tenebrosa. Parece que la muerte ha vencido:
la guadaña ha sido su arma y el ataúd, la prueba de ese triunfo; pero ¿porqué
un lienzo blanco envuelve al ataúd? Conozco la historia de la peste en la
España del siglo XVII, pero me parecería chocante que el mensaje del lienzo
fuese simplemente que la Muerte acaba con todas las vanidades.
Hay algo más, sin duda. Y hoy se me
ocurre pensar que es la luz, ausente del interior del lienzo, pero que llega
desde el exterior y se refleja en los objetos bruñidos, en el blanco del
lienzo, en la grisura de los huesos, en el marfil de los dientes. La muerte no porta ninguna luz, sino que la
apaga. El sentido de la existencia, en este lenguaje rebuscadamente
barroco, está en la luz que llega desde fuera del lienzo estando en el lienzo,
es decir, más allá de la muerte. Quizás quiso Valdés Leal dejarnos este enigma
a la vez que criticar ese afán tan masculino de reunir poderes y riquezas. Tal vez por eso Él sintió miedo de pequeño
ante esta pintura y por eso es probable—nunca me lo ha confesado—que su madre
lo abrazase con cariño, pues el amor es más fuerte que la muerte: ¿dónde está, Muerte, tu victoria?
.ELLA.